Las plantas y hierbas medicinales han sido aliadas de la humanidad desde los tiempos más ancestrales. Tanto para la cocina, como la salud, no ha habido civilización que no las empleara en su día a día. 

A lo largo del tiempo, la ciencia ha confirmado que su eficacia va más allá de una tradición ancestral. Su poder radica en su composición química: antioxidantes que protegen nuestras células, compuestos aromáticos que calman el sistema nervioso… y es que, en su mayoría, cada planta tiene algo valioso que ofrecer.

Paracelso decía: “todas las praderas y los campos, todas las montañas y colinas, son farmacias.”

En este artículo te mostramos cómo estos compuestos activos trabajan en sinergia para ofrecer efectos terapéuticos y sensoriales excepcionales.

Contenidos

Polifenoles: potentes antioxidantes naturales

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Los polifenoles son compuestos ampliamente conocidos por su capacidad antioxidante, protegiendo las células del cuerpo contra el daño oxidativo. 

Dentro de este grupo, se destacan las catequinas, especialmente presentes en el té verde, el galato de epigalocatequina (EGCG) y los taninos. 

Los polifenoles no solo combaten los radicales libres, sino que también poseen propiedades antivirales, antialérgicas y cardioprotectoras. Además, son responsables del sabor astringente característico de muchos tés.

Flavonoides: pigmentos que protegen

Los flavonoides son un subgrupo de los polifenoles y están presentes en flores, frutas y muchas hierbas medicinales. Actúan como antioxidantes, protegiendo los vasos sanguíneos y mejorando la circulación.

Ejemplos importantes son la quercetina, o la hesperidina y la rutina, presentes en el trigo sarraceno, fortalecen los capilares y previenen la inflamación. 

Las isoflavonas, como las que se encuentran en el trébol rojo, tienen actividad estrogénica, siendo útiles en el alivio de los síntomas menopáusicos.

Alcaloides: potentes agentes farmacológicos

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Los alcaloides son compuestos nitrogenados con una alta actividad biológica. Pueden tener efectos estimulantes, relajantes o incluso tóxicos dependiendo de la dosis. 

Ejemplos conocidos incluyen la cafeína en el té negro y verde, la morfina del opio y la quinina, que se extrae de la corteza del árbol de la quina. 

Muchos alcaloides son esenciales en la medicina moderna, pero su uso requiere control debido a su potencia.

La cafeína es un alcaloide que está presente en el mate, guaraná, café… y cómo no, en el té. En estos casos también se le llama teína.

Saponinas: estimulantes naturales y aliadas del sistema inmunológico.

Las saponinas son compuestos que, al mezclarse con agua, generan espuma, una propiedad que les da su nombre. 

Tienen actividad expectorante, ayudando a la expulsión del moco en afecciones respiratorias, y también poseen propiedades antimicrobianas y antifúngicas. 

Las saponinas esteroidales, presentes en plantas como el ñame silvestre, están relacionadas con la síntesis de hormonas en el cuerpo humano.

El nombre de saponinas viene del latín sapo, que significa jabón.

Taninos: astringencia y protección de los tejidos

Los taninos se dividen en hidrosolubles y condensados. Son compuestos astringentes que se encuentran en muchas partes de las plantas, como cortezas y hojas. 

Actúan contrayendo tejidos, lo que les otorga propiedades hemostáticas (detienen hemorragias) y protectoras en casos de diarrea, inflamaciones o heridas cutáneas. 

Además, pueden inhibir el crecimiento de ciertos microorganismos debido a su capacidad antimicrobiana.

Los taninos están presentes en frutas, café, chocolate, vino… y cómo no, en el té.

Aceites volátiles: la esencia de las infusiones aromáticas

Los aceites volátiles, también conocidos como aceites esenciales, son compuestos aromáticos que se extraen de diversas partes de la planta. 

Desempeñan un papel importante en las propiedades sensoriales de las infusiones, proporcionando aromas característicos y efectos terapéuticos específicos. 

El mentol, presente en el aceite esencial de menta, es conocido por su efecto refrescante y calmante, mientras que el aceite esencial de manzanilla es famoso por sus propiedades relajantes y antiinflamatorias.

Proantocianidinas: antioxidantes cardiovasculares

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Estas moléculas son un tipo específico de polifenol que se encuentra en frutas de color oscuro, como los arándanos y las uvas. 

Son reconocidas por su capacidad para proteger el sistema cardiovascular, ya que fortalecen los vasos sanguíneos y reducen el daño causado por los radicales libres.

Coumarinas: reguladoras de la circulación

Las coumarinas son compuestos aromáticos con propiedades anticoagulantes, vasodilatadoras y antimicrobianas. 

Se encuentran en plantas como el meliloto y el castaño de Indias, donde ayudan a mejorar la circulación y prevenir la formación de coágulos. 

Algunas, como el Bergapten, presente en el apio, también actúan como fotosensibilizantes, siendo utilizadas en el tratamiento de problemas de la piel.

Polysacáridos: hidratación y protección

Los polisacáridos son azúcares complejos que se encuentran en raíces, semillas y hojas de plantas medicinales. 

Los mucílagos, un tipo específico de polisacárido, son especialmente útiles para calmar y proteger los tejidos inflamados. 

Se usan comúnmente en infusiones para tratar afecciones gastrointestinales, como úlceras o acidez, y también para aliviar el dolor de garganta.

Antraquinonas: laxantes naturales

Las antraquinonas son compuestos conocidos por su efecto laxante. Se encuentran en plantas como el sen y el ruibarbo chino. 

Actúan estimulando las contracciones del intestino, facilitando la evacuación. También tienen propiedades antimicrobianas y antioxidantes, lo que las hace valiosas en ciertos tratamientos medicinales.

Glucósidos cardiotónicos: apoyo al corazón

Los glucósidos cardiotónicos, como la digoxina extraída de la digitalis, son compuestos que fortalecen las contracciones del corazón. 

Se utilizan en el tratamiento de insuficiencias cardíacas, ya que mejoran el rendimiento cardíaco. Aunque su uso está regulado por la medicina convencional, su origen vegetal es un ejemplo de cómo las plantas han inspirado el desarrollo de medicamentos modernos.

Glucosinolatos: defensa y detoxificación

brocoli mostaza glucosinolatos

Los glucosinolatos son compuestos de azufre que se encuentran en plantas de la familia de las crucíferas, como el brócoli y la mostaza. 

Al descomponerse, forman isotiocianatos, que tienen propiedades anticancerígenas y protectoras del hígado. También actúan como agentes detoxificantes, eliminando toxinas del cuerpo.

Cianogénicos: relajación y alivio

Los glucósidos cianogénicos son compuestos que, en pequeñas dosis, actúan como sedantes naturales. Pueden relajar los músculos y calmar el sistema nervioso. 

Se encuentran en plantas como el saúco y el cerezo silvestre, y son utilizados en infusiones para aliviar la tos seca y el estrés.

Sustancias amargas: estimulantes digestivos.

Las sustancias amargas o bitters son un grupo de compuestos que estimulan la producción de jugos gástricos y enzimas digestivas. 

Mejoran la digestión y la absorción de nutrientes. El ajenjo y la genciana son ejemplos clásicos de plantas ricas en estos compuestos, utilizados en infusiones para tratar problemas digestivos.

Vitaminas y minerales: nutrición y equilibrio

Muchas hierbas medicinales son ricas en vitaminas, como la vitamina C presente en el escaramujo y la vitamina A en la zanahoria. Estas vitaminas no solo aportan beneficios para el sistema inmunológico, sino que también mejoran la función general del organismo. 

Las plantas medicinales también contienen minerales esenciales, como el hierro, el calcio y el magnesio. La ortiga, por ejemplo, es rica en hierro y se utiliza para combatir la anemia. 

Estos minerales no solo contribuyen al bienestar general, sino que también son fundamentales para mantener la salud ósea, muscular y nerviosa.

Conclusión

Las plantas medicinales son mucho más que ingredientes de una infusión relajante o de un té revitalizante. Son un ejemplo vivo de la complejidad y el equilibrio que la naturaleza ha perfeccionado durante milenios.

Desde la ciencia hasta la tradición, cada infusión es una celebración de la riqueza natural que las plantas nos ofrecen.

Antes de tomar cualquier planta medicinal debes de consultar con un médico para asegurarte de que es adecuada para ti. Las plantas y hierbas medicinales también tienen contraindicaciones, por lo que siempre y ante todo, consulta con un profesional de la salud antes de su consumo.